miércoles, 24 de octubre de 2007

10 cosas que tú, estimado colega psicólogo(a) , nunca debes decir en una reunión social

(especialmente si se trata de un(a) desconocido(a))



1 – Sí, soy psicólogo.*
2 – Sí, cuentame nomás.
3 – si claro bailemos…y bueno cuentame, ¿naciste de parto normal?, ¿y tu apgar?, hablame de tu familia, etc.
4 - ¿y esa con cara de normal lenta es tu polola?
5 – Tengo una paciente que se parece bastante a ti.
6 – ¿has pensado en suicidarte? (aunque ciertos modelos probablemente lo apoyarían)
7 – No sabí ná la que me dijo uno de mis pacientes hoy…
8 - Eso que me cuentas probablemente tenga relación con la envidia del pene de tu padre.
9 – Sigmund qué?
10– Maraca (este no es exclusivo para psicólogos, pero nunca esta de más el consejo).


*Después de arduos debates con el equipo de trabajo de “Acto-Fallido”, llegamos a la conclusión de que es una buena idea decir que uno se dedica a las “Ciencias políticas”, ya que casi nadie sabe acerca de este tema y por ende es difícil que indagen mucho acerca de esto, y quienes conocen del tema probablemente no se interesen mucho por hablarlo en el contexto de una amena reunión social.

domingo, 9 de septiembre de 2007

Rorschach y los 80’


En una de esas conversaciones post-catedráticas, le comento al profesor de la catedra de psicodiagnóstico que tengo un amigo (el cuál, dejando de lado todo tipo de farsas y engaños, se trata de mí) que en la lamina VIII del test de Rorschach (si, el de las manchas) “vé” un hombre mosca en posición © (invertida). El hombre mosca, con la explicación adecuada, esta muy bien visto, pero me responde que un hombre mosca no tiene referente en la realidad, por lo cuál verlo implica juicio de realidad alterado, o, cuando menos, “tendencia al fantaseo”. Me dice que la posibilidad de considerarlo como una apetecida F+ (es decir, que sea considerada una imagen bien vista) es que tenga referente en alguna historia o película en particular, y contrario a lo que se podria pensar, mi hombre mosca no guarda mayor relación con el hombre mosca de la película “La Mosca” (posteriormente me di cuanta que si guarda mucha relación con el hombre mosca de “Teenage Mutant Ninja Turtles IV: Turtles In Time”, pero ese no es el punto).

Ahora, mi gran cuestionamiento comienza cuando pienso, ¿que pasa con todos aquellos que nos criamos con el Hollywood de los años 80, en donde los hombres moscas o cosas por el estilo eran absolutamente normales?. O sea, no es que en las películas de hoy en día no pasen ese tipo de cosas sobrenaturales, pero en ahora en las películas todo tiene una base cientifica (o al menos un intento de), de tal forma que lo aterrizan a nuestro mundo. Incluso para justificar el hecho de que una raza extraterrestre sea aniquilada con “Head & Shoulders” hay toda una explicación cientifica a la base de cómo afecta el silicio a su sistema nervioso y esa clase de estupideces. En los años 80 por el contrario, para que una hormiga, mosca, o en su defecto, un camion o simplemente una maquina de cortar pasto, se volviesen mutantes asesinos, tan solo bastaba la exposición a algun extraño químico de composición y origen desconocido. Bastaba con que una mosca pasase por el teletransporatdor equivocado en el momento equivocado y listo, tenias tu mosca mutante asesina instantanea. Para que un peligroso asesino de menores volviese de su tumba, bastaba solo con que este tuviese un fuertisimo deseo de venganza.

Ante esta lógica, es fácil que nuestro juicio de realidad se viese algo alterado, a lo menos en el sentido en que mide el Rorschach, ya que al encontrarnos con algun extraño ser mitad hombre mitad animal en alguna de las laminas del mencionado test, nuestra mentalidad ochentera no se siente en la necesidad de aterrizar estos fenómenos a algo mas “real”, y si nos interrogasen acerca del origen de este ser, probablemente dariamos alguna respuesta tipo “mmm…no lo se… seguramente le habrá caído algun químico …” .
Cerrando esta breve reflexión, creo que es importantisimo tener todo esto en cuenta al revisar cualquier protocolo de alguien criado en los 80, y antes de evaluar “juicio de realidad” y/o “tendencias al fantaseo”, sería importante tener en consideración los factores culturales anteriormente mencionados.

viernes, 18 de mayo de 2007

La crianza del adolescente: hacia una irresponsabilidad responsable.

Conversando con una compañera de psicología acerca de unos asuntos personales (en lo que yo llamaría una “Reunión clínica de pasillo”), ella en un momento dado me comenta - “es que lo que hiciste no es algo esperable de alguien de tu edad, ya no estas en cuarto ni en quinto año, estás en ultimo año de psicología, haciendo tu práctica y tu memoria, ya no deberías andar haciendo ese tipo de cosas”-.

Reflexionando esta frase, me puse a pensar en cuantas veces cada uno de nosotros habrá oído algo similar en el transcurso de nuestras vidas. Nuestros padres y profesores (tanto de colegio como de universidad) se han regocijado históricamente repitiendo ese tipo de cosas cada vez que les ha sido posible; “que ya no están en la básica para andar haciendo eso…”, “que ya estás en cuarto medio…”, “que ya no estás en el colegio”, y una larga lista de etcéteras. Este tipo de frases más que aclarar la situación muchas veces nos dejaba confusos y sintiéndonos culpables por no haber deducido de antemano que eso no era lo que se esperaba de nosotros.

Pero me pregunto yo, ¿no hubiese sido mejor si en vez de haberse enfocado en lo que no podíamos hacer se hubiesen enfocado en lo que sí podemos hacer?. Me explico, podrían por ejemplo habernos dicho - “hijo, considerando el hecho de que aún estás en cuarto medio, es tolerable, e incluso esperable que cometas la siguiente lista de irresponsabilidades, ante las cuales no habrá sanción alguna”. Luego, al año siguiente bastaría tan solo con decir - “hijo, considerando el hecho de que ya no estás en cuarto medio, no podrás seguir cometiendo las siguientes irresponsabilidades (so pena de alguna sanción previamente establecida). Sin embargo, ya que aún no estás en segundo año de tu carrera, siéntete en la absoluta libertad de seguir cometiendo el resto de las irresponsabilidades de la lista”. Eventualmente, en caso de un padre estricto este podría incluso haber agregado alguna restricción del tipo - “las irresponsabilidades Nº 7, 8 y 23 de la lista, solo podrán ser llevadas a cabo un máximo de 2 veces por semestre”.

Creo que este método, al cuál por ahora llamaré “Irresponsabilidad Responsable”, estimularía una comunicación mas abierta entre los padres y el adolescente (algunos afirman que hoy en día la adolescencia llega aproximadamente hasta los 25 años), y haría que este ultimo se sintiera menos ansioso ante la inexpugnable tarea de descifrar lo que su entorno adulto espera o no espera de él. Sería también, una manera de que el adolescente, en su proceso de transición hacia su yo-adulto, vaya administrando de manera responsable su cuota de irresponsabilidad anual, pudiendo también asumir progresivamente y con conocimiento de causa, todas aquellas consecuencias derivadas una cuota excesiva de irresponsabilidad en relación a lo esperable de la edad.

Por ultimo, esta comunicación abierta nos habría dado la posibilidad de hacer muchas cosas que tan solo al año siguiente nos enteramos de que hubiese sido aceptables realizarlas en esos momentos….es más, en estos mismos momentos podriamos estar perdiendo la oportunidad de hacer algo que el proximo año probablemente….”ya no estemos en edad de hacerlo”.